Localizado en el Cerro de las Albahacas, el proyecto Baecula ha permitido identificar y caracterizar un corpus de materiales único para el estudio del armamento de los ejércitos de finales del siglo III a.n.e., aportando a la tradicional crítica filológica los datos arqueológicos que muestran una nueva realidad de análisis. Además, en la investigación desarrollada se ha definido y caracterizado la escala de un enfrentamiento bélico en campo abierto, así como los episodios y acciones que tuvieron lugar: movimiento de ejércitos, espacios ocupados por las tropas ligeras y auxiliares, definición de la zona donde se produjo el cuerpo a cuerpo, etc. Se han localizado los campamentos y los caminos empleados y se ha analizado el impacto de este conflicto en las comunidades iberas del Alto Guadalquivir, con especial énfasis en aquellos aspectos relacionados con la desarticulación del territorio político ibero, los cambios religiosos, las transformaciones sociales, etc. (Fig. 1).
Dicho proyecto, que puede ser considerado como un paradigma para los estudios sobre campos de batalla antiguos, ha constado de diferentes fases: desde la localización y el estudio del campo de batalla, hasta el desarrollo de nuevos casos de estudio con un doble objetivo: por una parte contrastar la metodología desarrollada en Baecula y, por otro, incorporar nuevas tipologías de análisis en torno a la Segunda Guerra Púnica: junto a los campos de Batalla, categoría en la que se incluyen Baecula, Numistro (Basilicata, Italia) o Metauro (Fossombrone, Italia), los asedios a oppida con una notable relevancia en el Alto Guadalquivir: Iliturgi (Mengíbar, Jaén). Veamos cada una de estas fases.
Primera Fase. La localización de Baecula
En 2001 se presentó al Plan Propio de la Universidad de Jaén el Proyecto “Batallas, Acciones, Escenarios: la 2ª Guerra Púnica en el Alto Guadalquivir”, que trataba de contrastar las fuentes escritas (Polibio y Tito Livio) con la metodología arqueológica de prospección superficial. Para tal objetivo se escogió el escenario de la batalla de Baecula (ver Baecula, arqueología de una batalla en Antigua y Medieval nº.17: La Segunda Guerra Púnica en Iberia), que Brewith (1914), Kromayer y Veith (1903-1931) habían establecido en el entorno de Bailén. Aunque el tema parecía muy consolidad en la tradición historiográfica por Shculten, Bosch Gimera o Scullard, sin embargo se había fundamentado exclusivamente en bases topográficas y toponímicas y nunca se había sido sancionado por un análisis arqueológico. Se realizó una prospección superficial en la zona propuesta por Schulten y pudo advertirse que no se registraban materiales asociados a una batalla. Ante la nueva situación se cambió la estrategia de investigación, proponiéndose una ampliación del área de trabajo a todo el Alto Guadalquivir. Se contaba para ello con una información profunda del territorio, iniciada con los trabajos de tesis doctoral de uno de nosotros (RUIZ 1978) a los que se habían sumado posteriormente trabajos de excavación y prospección que permitieron tener una carta muy completa de los oppida iberos de la zona. Se excluyeron de este conjunto los que tenían nombre constatado (Cástulo, Iliturgi, Tugia, etc…) y se seleccionaron once oppida de toponimia desconocida. Para fijar el modelo de prospección selectiva se trazaron círculos de cinco Km. con centro en cada oppidum y se localizaron en estas áreas, a partir de las descripciones geográficas de Polibio y Tito Livio, los espacios que mejor se ajustaban a ellas (una colina bien defendida por un rio que corría a sus espaldas, un escarpe delante del campamento púnico, etc.), concluyendo que solamente uno, el Cerro de las Albahacas de Santo Tomé (Jaén), cerca del oppidum de Turruñuelos, registraba materiales propios de una acción bélica de la época. La propuesta de que Turruñuelos era Baecula y el Cerro de las Albahacas el escenario de la batalla fue la hipótesis que abrió la siguiente fase de la investigación (BELLON et alii, 2004).
Segunda Fase. La reconstrucción arqueológica de la batalla de Baecula
En 2007 se inició una nueva etapa con el proyecto I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación (MCE) “Baecula” (2007-2012. HUM2007-63954, A. Ruiz como I.P.), en paralelo a un proyecto General de Investigación de la Junta de Andalucía. Con posterioridad se continuó esta fase con el proyecto del MCE: «BAECULA: Análisis del escenario de una batalla de la Segunda Guerra Púnica» (2012-2014 HAR2011-26547, M. Molinos como I.P.), además de obtener la renovación del Proyecto General de la Junta. El proceso de trabajo consistió en trascender desde la escala macroespacial de la primera fase a la escala microespacial, con el objetivo de afrontar desde la arqueología la escala del acontecimiento bélico. Para ello se estableció una matriz de lugares y, siguiendo los textos clásicos, de momentos, articulados en una tipología de escenas simples, yuxtapuestas y encadenadas. La metodología para afrontar esta matriz se estableció siguiendo las siguientes pautas: en primer lugar se sondeó el lugar para determinar su estratigrafía e intervenir solamente con detector de metales en la unidad sedimentaria superficial. Paulatinamente se muestreó el territorio del escenario (442 has.) en unidades de transects y cuadrículas sobrepuestas a las plantaciones tradicionales de olivos y se diseñó un SIG que recibía la información registrada: materiales por cuadrícula (cerámicos fundamentalmente) y metales individualizados. Al finalizar el trabajo se contaba con 4867 objetos de metal georreferenciados y asociables a la batalla, entre los que había monedas, armas (lanzas, pila, puntas de flecha, dardos, etc.) material de impedimenta (fíbulas, engarces, espuelas, bullae, etc.) y sobre todo un amplio conjunto de tachuelas de caligae (básicas para reconstruir los movimientos del ejército romano) y más de 3116 objetos indeterminados. Como conclusión se reconstruyeron ocho de las diez escenas descritas en los textos clásicos y se obtuvo nueva información que las fuentes escritas no aportaban y que permiten una relectura de la batalla en su propia estructura (Bellón et al., 2016). A Todo ello han de incluirse los datos aportados por diferentes analíticas, que han contribuido a definir de una forma más precisa este episodio: procedencia del plomo de los glandes de honda (con I. Montero, del CSIC), la tipología de las armas (F. Quesada, UAM) o las monedas (Mª Paz García-Bellido, CSIC).
En paralelo a la prospección microespacial se trabajó también en escalas más amplias: de una parte en el macroespacio, con una prospección intensiva que permitió conocer la secuencia de ocupación del territorio y los efectos de la batalla; y de otra parte en la escala semimicroespacial, fijando los elementos estructurales del paisaje. Se realizaron sondeos de excavación y prospección microespacial en el oppidum de los Turruñuelos, fijando su abandono tras la batalla. También por fotografía área se identificaron dos campamentos en el área de la batalla, que habían conservado las huellas de sus empalizadas fosilizadas en el parcelario catastral. Se trataba del campamento de Asdrúbal Barca, destruido durante la batalla, y del segundo campamento de Escipión, que se levantó tras esta. En ambos se realizaron sondeos estratigráficos y en el último de los dos se documentaron las fosas con los materiales destruidos intencionalmente durante su abandono. El tercer campamento, descubierto en la Loma de Garrancho, que fue el primero de Escipión, se reconoció gracias a las tachuelas de caligae, al poder seguir su distribución desde el escenario de la batalla hacia atrás, reconstruyendo el avance del ejército romano.
Los resultados del trabajo en esta fase se presentaron en el congreso internacional realizado en la Universidad de Jaén (2011), cuyas ponencias, incluida la memoria del proyecto, se publicaron con el título “La Segunda Guerra Púnica en la Península Ibérica. Baecula: arqueología de una batalla” (BELLON et alii, 2015).
Tercera Fase. El asedio de Iliturgi y la batalla de Metauro
La última fase de estudio se encuentra vinculada a los nuevos proyectos de investigación que, realizados desde el IUIAI, tienen por objetivo un mayor conocimiento de este conflicto tanto en el Alto Guadalquivir como en Italia. Como novedad metodológica, en esta etapa se han integrado nuevas herramientas de análisis como la tecnología LIDAR para la obtención de modelos digitales del terreno, así como el análisis de isótopos de plomo en los glandes de honda para verificar la procedencia de muestras asociadas a Baecula, Metauro e Iliturgi. De esta manera, entre 2014-2018 se obtuvo el Proyecto de Excelencia «Iliturgi: conflicto, culto y territorio» (PI12-HUM-2619, con J. P. Bellón como I.P.) de la Junta de Andalucía y desde 2016 hasta 2020 el Proyecto “ILITAURO: Metodología para estudio arqueológico de campos de batalla y asedios en el contexto de la Segunda Guerra Púnica: Metauro, Iliturgi y Cástulo (208-206 a.C.)” (HAR2016-77847-P; J. P. Bellón como I.P.) del Ministerio de Economía y Competitividad (MEC). Aunque todavía está en pleno desarrollo, el trabajo ha permitido contrastar la metodología de Baecula en Iliturgi, un escenario de asedio del año 206 a.n.e., habiéndose concluido por el momento que Cerro Maquiz, la tradicional ubicación de Iliturgi, fue una refundación romana (Fig. 2), siendo el próximo Cerro de la Muela, el oppidum ibero de los s. V-III a.n.e. (Fig. 3). También que fue este oppidum, que conserva buena parte de su fortificación, el atacado por Escipión, pues se ha podido reconstruir el asedio en su frente suroccidental, observándose la presencia de máquinas de guerra, no documentadas en Baecula, y cuya ubicación exacta ha podido ser fijada por la trayectoria de los proyectiles de escorpio recuperados (Fig. 4). Por último, se ha podido localizar un campamento cartaginés en su proximidad. Se cuenta en esta fase con un contratado FPI (Miguel A. Lechuga) que realiza su tesis doctoral sobre el poblamiento del entorno de Iliturgi, gracias a cuyos trabajos se ha descubierto el Ianus Augustus, caput viae que marcaba el límite entre las provincias Bética y Tarraconense.
Finalmente, la proyección internacional de estos trabajos cuenta con un primer ensayo en el sur de Italia, a través de un proyecto financiado por el Instituto del Patrimonio Cultural de España, en su programa de Excavaciones en el Exterior (Proyecto “Estudio de los escenarios bélicos anibálicos de Numistro y Grumentum, Basilicata-Italia, J.P. Bellón como I.P.) y, en la actualidad, estamos iniciando el trabajo de campo para la localización de la Batalla del Metauro, vinculada a Baecula a través de Asdrúbal Barca, tan solo un año después de aquélla.
Acciones de difusión del proyecto dirigidas a la sociedad
En la estrategia de transferencia de investigación se ha trabajado con la población local a través de distintas actividades en colaboración con la Asociación “Amigos de los Iberos” y la Diputación de Jaén. También se asesora la creación del centro de interpretación en construcción sobre la Batalla de Baecula y la creación de un mirador panorámico “in situ” desde el que observar las acciones de la batalla. A ello se añade que en 2010 se realizó en el Museo de Jaén la exposición “Baecula, Arqueología de una Batalla”. En estos momentos contamos ya con un proyecto para la creación del Centro de Interpretación de Iliturgi.
Entre 2015 y 2017 se ha contado con el proyecto “3D Y SIG para la interpretación y difusión de un acontecimiento histórico-arqueológico: la batalla de Baecula en el Camino de Aníbal” (HAR2014-59008-JIN; C. Rueda como I.P.) del MEC, dentro del programa Desarrollo e Innovación Orientada a los Retos de la Sociedad. En este marco se ha realizado la web: http://www.battlefieldofbaecula.es/baecula-inicio-home.
Por último los municipios de Santo Tomé (Baecula) y Mengíbar (Iliturgi) se han integrado en el Itinerario Cultural Europeo “Ruta de los Fenicios” del Consejo de Europa con el producto turístico-cultural “Tras las huellas de Escipión, el Africano”.
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